Tras la derrota de México frente a Estados Unidos y la firma del Tratado de Guadalupe, se establecieron
los gobiernos de Joaquín Herrera y el de Mariano Arista. La inestabilidad política fue la tónica, además
del conflicto local desatado en Yucatán, la Guerra de Castas, con un alto costo social.
En 1852 el presidente Mariano Arista renunció, y el partido conservador —que dirigía Lucas Alamán—
ofreció nuevamente el mando de la nación a Antonio López de Santa Anna, quien regresó así de
su exilio en Colombia para convertirse en dictador al año siguiente.
En 1853 los partidarios del centralismo lograron posicionar una vez más a Antonio López de Santa
Anna en la presidencia. Su dictadura se distinguió por anular al Poder Legislativo y la soberanía de las
entidades federativas del país para imponer un régimen personalista. Mantuvo un estricto control de la
prensa y de la libertad de opinión, una sistemática persecución de sus opositores y un pacto sólido con
el poder conservador. Sobresale en su gabinete Lucas Alamán como ministro de Economía, cuyo programa
de financiamiento se basó en una excesiva política fiscal que recayó sobre el patrimonio de amplios
sectores populares. Parecía exagerado pagar impuestos por la posesión de animales y por el
número de ventanas en una casa habitación. Además, la recaudación tributaria no se justificaba socialmente
porque no se traducía en mejores servicios públicos ni mayores alternativas de desarrollo econó
mico, sino en lujos del gabinete y del dictador.
Su gobierno se caracterizó por:
♦ Centralizar el poder y gobernar en forma despótica
♦ Los estados fueron transformados en departamentos
♦ La libertad de prensa fue suprimida
♦ El ejército aumentó su número de hombres a 90 000
♦ El Colegio Militar fue reorganizado
♦ Se incrementó la construcción de caminos
♦ La creación del Himno Nacional
♦ Le fue concedido el título de “alteza serenísima” y se declaró "dictador vitalicio”
♦ Los miembros del partido liberal fueron desterrados (Juárez, Ocampo, Mata, Arriaga)
♦ El territorio de La Mesilla fue vendido a Estados Unidos
La imagen de Santa Anna resultó más antipática cuando Estados Unidos obtuvo el territorio de La
Mesilla, al norte de Sonora sin que el dictador opusiera resistencia alguna y a cambio de una indemnización
de 10 millones de pesos. La venta de La Mesilla y la proclamación de Santa Anna como dictador
vitalicio con el título de “alteza serenísima” motivaron más reacciones y levantamientos liberales. Pero
fue el gobernador de Guerrero, Juan Álvarez, apoyado por militares de gran experiencia como Ignacio
Comonfort, quien logró motivar una rebelión de grandes proporciones nacionales y que terminó por
derrocar a Santa Anna, la Revolución de Ayutla de 1854. El movimiento que inició el general Álvarez
en marzo de ese año, desconocía a Santa Anna y proclamaba la realización de un nuevo congreso constituyente
de carácter liberal para restaurar el pacto federal. A mediados de 1855 el Plan de Ayutla
triunfó.
Juan Álvarez ocupó la presidencia provisional, pero se vio en medio de grandes presiones, tanto de
personajes radicales del partido liberal como Juárez y Lerdo de Tejada, como por parte de los conservadores.
El general Álvarez renunció y su lugar lo ocupó Ignacio Comonfort, quien convocó la integración
de un congreso constituyente en 1856. El Plan de Ayutla significó el ascenso de los liberales al poder y
la caída definitiva de Santa Anna.
muy buenn resuman gracias
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