Historia de México Unidad - 8 - "México contemporáneo (1940 - 2000)" 8.3

El crecimiento compartido y la economía nacional de 1970 a 1982.

*Introducción

Desde tiempos de Ávila Camacho se había sacrificado al campo para sostener un crecimiento industrial que generaba alta concentración de población urbana, para la cual había que modernizar a las grandes metrópolis. El abandono del campo fue crónico y sistemático y, por lo tanto, los movimientos campesinos y los fenómenos migratorios representaban un lado oscuro que el Estado corporativista procuraba copiar, escindir y desarticular. En 1951 se presentó la casi olvidada “Caravana del Hambre” organizada por mineros de Coahuila hacia la capital. Otro hecho que se pretendió ignorar fue el asesinato del líder campesino Rubén Jaramillo y de toda su familia a manos del ejército en 1962. 

La desigualdad en México subsistió a pesar de las mejores políticas sociales del Estado. En 1963 casi la mitad de la riqueza nacional se concentraba en menos de 10 por ciento de la población, y en las principales ciudades del país. Las huelgas de ferrocarrileros en 1959, de maestros y normalistas en 1961, de médicos en 1965 y de estudiantes en 1968, son muestras, aparentemente inconexas, de la descomposición social y política de México en el marco del modelo estabilizador, hechos históricos que el libro de texto gratuito nunca tomó en cuenta, pero que revelan la violencia del Estado para reprimir a sectores inconformes cuando no logra incluir dentro del sistema corporativista a ciertos grupos disidentes. La guerrilla en México era una de esas realidades que personajes clandestinos como Lucio Cabañas o Genaro Vázquez representaron antes de la huelga estudiantil de 1968, antecedentes que el discurso oficial identificaba como complot comunista.

Entre los más graves pendientes que tanto la política de sustitución de importaciones (1940-1958) como el desarrollo estabilizador (1958-1970) nunca lograron convertir en metas, destacan: 

El crecimiento irregular de la economía se basó en la concentración de la riqueza y en la actividad urbana, pero generó rezago rural y centralización administrativa. El desarrollo social no logró consolidarse a la par de dicho modelo de crecimiento. 

  • La autosuficiencia alimenticia pasó de mayor a menor, pues los problemas agrícolas fueron insuperables por la plañe ación. 
  • El crecimiento, aún en sus mejores momentos, fomentó la exportación de materia prima, principalmente de hidrocarburos, pero nunca suscitó la autosuficiencia científica, tecnológica ni energética. 
  • México creció de manera irregular, mantuvo su dependencia económica de Estados Unidos, además de que no logró niveles de competitividad internacional frente a otras naciones exportadoras. La producción de las manufacturas mexicanas entre 1940 y 1970 fue de calidad deficiente. Lo hecho en México fue tildado popularmente como “mal hecho”  
*Luis Echeverría Álvarez (1970-1 976)

En el terreno económico las dificultades del modelo estabilizador también representaron obstáculos para sostener los esquemas del crecimiento. Las exportaciones de México tuvieron una dramática disminución en la década de los sesentas, mientras las importaciones crecían desmesuradamente. La economía nacional se vio afectada por los altibajos del capitalismo internacional. En consecuencia se produjo un déficit en la balanza comercial y el nivel de endeudamiento mostró sus primeros desajustes estructurales, mientras que el ahorro interno ya era insuficiente para permitir que el Estado financiara el crecimiento económico y subsidiara el fomento industrial. La pobreza a finales de esa década, los cinturones de miseria en la periferia urbana, la incapacidad del sistema para impulsar el ritmo económico y para contener expresiones de protesta, todos estos factores y otros —como el incremento de la población estudiantil, inversamente proporcional a la posibilidad del empleo para miles de egresados de las universidades y, la caída del Producto Interno Bruto (PIB) durante el gobierno de Luis Echeverría Álvarez— fueron detonadores que obligaron al Estado a sustituir el modelo estabilizador —ya caduco— por uno nuevo: el desarrollo compartido.

  • Estrategia basada en el ahorro para racionalizar y optimizar las finanzas públicas. 
  • Política fiscal que, mediante un mayor cobro de impuestos a la iniciativa privada, permitiera al Estado obtener más divisas. 
  • La creación de empresas paraestatales (o de participación estatal). 
  • Un mayor endeudamiento externo para sustentar el gasto público. 
Las variables del crecimiento compartido resultaron adversas para los sectores empresariales en México. El saldo en general fue desafortunado, ya que el crecimiento económico se redujo por debajo de 4 por ciento en promedio, el desempleo y la inflación incrementaron mientras que el peso sufrió severas devaluaciones. La crisis también se manifestó en una fuga de divisas y una mayor dependencia alimentaria, es decir, se elevó el índice de importaciones agrícolas. Con Echeverría la deuda externa pasó de 6 mil millones de dólares a 19 mil en 1976.

Para contener la inconformidad civil, el Estado recurrió a la guerra sucia y a una nueva represión estudiantil el 10 de junio de 1971. Además, del uso de la tortura y del genocidio, la demagogia y el apoyo oficial de México a la Revolución Cubana fueron la contraparte de la estrategia de Echeverría para enfrentar una crisis que iba de lo social a lo económico y a lo político. En este sentido, sobresale la Carta de Deberes y Derechos de los Pueblos que Echeverría firmó a favor de la libre autodeterminación y de la soberanía en América Latina.  


*José López Portillo (1 9 7 6 -1 9 8 2 ) 

El rotundo fracaso del gobierno de Echeverría se evidenció con las devaluaciones ocurridas en 1976, con el quiebre de empresas del grupo Monterrey, la ruptura entre la clase empresarial y la presidencia, además del empobrecimiento de la clase media. Y ese fracaso se prolongó durante el gobierno de José López Portillo, quien continuó con la creación de paraestatales y con un auge petrolero sin precedentes, pero pésimamente administrado El fundamento económico que López Portillo instrumentó, se conoce como “La Alianza para la Producción” que se planteó:

  • La participación de todos los factores productivos, incluyendo a empresarios, trabajadores y gobierno para abatir la crisis 
  • Creación de la Secretaría de Programación y Presupuesto para fortalecer la planeación y la modernización económica, así como para fomentar el empleo 
  • La descentralización administrativa 
  • El uso del petróleo como motor del crecimiento económico 
  • La implementación del Sistema Alimentario Mexicano, SAM 
  • La reforma política, promotora de la incorporación de grupos clandestinos dentro de la vida “democrática institucionalizada” reflejada en un sistema más plural de partidos
La reforma política de López Portillo representó un intento por sofocar la actividad clandestina del Partido Comunista y de grupos guerrilleros como la Liga Comunista 23 de Septiembre. Se incorporó el sistema de candidatos plurinominales para permitir que la oposición tuviera reconocimiento dentro del Congreso.

Tras un aparente desarrollo industrial de Petróleos Mexicanos (PEMEX), el país empezó a depender de las exportaciones petroleras para crecer vertiginosamente. El discurso oficial hablaba sobre la necesidad de “prepararnos para administrar la abundancia” lo que inició la era de la tecnocracia. El auge petrolero dio pie a un efímero y sorprendente crecimiento económico que se reflejó en la estrategia espectacular de López Portillo con programas como el Plan Nacional de Desarrollo Industrial, la Alianza para el Progreso y el Programa Agropecuario para la Recuperación, y aun la creación de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH).

Pero la figura presidencial seguía perdiendo popularidad y los errores administrativos, combinados con la caída de los precios de los hidrocarburos en la órbita mundial, trajeron como resultado nuevas devaluaciones y una crisis total de la vida nacional El SAM no logró su propósito de fortalecer la autosuficiencia alimentaria y tampoco alcanzó la meta de una mejor distribución del ingreso. Al finalizar su gobierno, López Portillo decretó la nacionalización de la banca para detener la fuga de divisas. La deuda externa se había magnificado, mientras la corrupción, el desempleo y la inflación amenazaban al país entero.



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